martes, 21 de julio de 2015

Un Cuento Americano

Estimados Lectores:

El Secreto de NIMH fue un éxito de crítica y no paso mucho tiempo antes de que los pesos pesados pusieran sus ojos en "Don Bluth". Y con pesos pesados me refiero a nada menos que a Steven Spielberg, quien por primera vez incursionó en el mundo de la animación. El director de Jurassic Park e Indiana Jones quería algo "bello" como El Secreto de NIMH. Así que, ¿que pasas cuando mezclas ratones y Steven Spielberg? Pues obtienes una historia sobre ratones inmigrantes judíos. Im not even kidding. Digo, Spielberg... ¿Podías pasarla un poco más piola para la próxima? Pero lo que pudo ser fácilmente un desastre resultó ser el segundo gran acierdo del maestro Bluth... esto es "Un Cuento Americano".

Cuteness intensifies

Título Original: An American Tail
Año: 1986
Director: Don Bluth

La situación en Rusia hacia 1885 no es sencilla: a puertas de la revolución rusa, la gente se ve azotada por las injusticias de una clase noble que no escucha al proletario, arrasada por los constantes ataques de los cosacos y las inclemencias del invierno asiático... Por supuesto, de eso no se trata la película, sino de los ratones judíos rusos que habitan bajo las casas de este proletariado, soñando con viajar a América donde no serán atacados por los gatos cosacos (si... esto suena bastante más idiota  de lo que es cuando lo pones por escrito). Una familia de roedores, los Mousekewitz, se ve obligada a viajar cuando su casa arde durante un ataque. 

Sin embargo, las desgracias para la familia recién están comenzando: durante el complicado viaje a América, el pequeño Fievel cae del barco a poca distancia del continente, y sus padres lo dan por muerto... Pero Fievel no nació para morir en una tormenta piñunfla, sino para vivir una aventura en un mundo que no era exactamente como se lo habían pintando: hay gatos en América y se están comiendo a todos los ratones. ¿Podrá el pequeño ratón reunirse con su familia mientras comienza una revolución de los inmigrantes, o está condenado a cantar canciones en registro "destruye ventanales" por toda la eternidad?

No dudo que hayan judíos rusos, pero la mezcla de "somos ratones bebedores de vodka, ¡es hora de celebrar Hanukah!" no deja de ser jocosa

A diferencia del Secreto de NIMH, Un Cuento Americano es sin mucha sutileza una película para niños. Ahora, no lo tomen como algo peyorativo: ¡es una gran película para niños! Excelente acción, canciones, animación y comedia, pero es claro que la mano de Spielberg tomó el timón de Bluth hacia una dirección totalmente distinta. No es tu película "solo la vas apreciar cuanto creces" que era el primer intento de Bluth. Si, en ambas hay ratones, pero las canciones son muchos más "Disney" y directas que el místico cósmico soundtrack de NIMH, pero de nuevo, ¿es eso algo malo? ¡Para nada! ¡No saben lo feliz que fui al escuchar de nuevo "No Hay Gatos en América" ni como me dieron ganas de abrazar un oso panda mientras escuchaba "Somewhere Out There"! Es solo que no hay que engañarse sobre lo que esto: una película infantil. 

Ahora, esto no significa que la película no posea los rasgos de oscuridad o temáticas más complejas que caracterizan las cintas de Bluth. Esta es de las pocas películas infantiles que trata la muerte con tanta ligereza, como algo familiar y corriente ¡ni cuando fumigaron mi casa vi tantos ratones muertos! Pero el asunto es presentado como algo cotidiano, como si que un enorme gato se coma a tu esposa o hijo fuera lo más común del mundo. ¡Hasta CANTAN SOBRE ELLO! 

Por supuesto, el tema es una parodia histórica sobre la situación de los inmigrantes que llegaron a América a finales del siglo XIX en busca de oportunidades y se encontraron engañados y timados. Sí... Tampoco es que los pendejos sean idiotas para no darse cuenta, yo con seis años ya entendía que a los ratones les estaban vendiendo la pomada. 

Los Mise-ratas... O que se yo, esta película esta tan lleno de juegos de palabras sobre roedores que no me habría sorprendido

Ahora, con todo lo que disfruto esta película, admito que dentro de la trilogía de mega aciertos de Don Bluth (NIMH, American Tail y The Land Before Time) es la más bajita. La historia es un poco dispersa, con un clímax que ocurre 15 minutos antes de que realmente terminé la película, y con un par de momentos demasiado tierniwis para mis cuerpo lleno de testosterona. Es como si Don Bluth estuviera perfeccionando el modelo de historia que luego perfeccionaría en "La Tierra Antes del Tiempo". De todos modos, la angustia y el drama están ahí, con varios momentos en que te dan ganas de golpear la pantalla porque Fievel y su familia están literalmente a unos pasos de distancia y no se ven sola y exclusivamente porque Steven Spielberg y Bluth son los mayores cretinos del planeta..

En suma, aunque quizás es demasiado kawaii a ratos (honestamente, ya no puedo soportar la canción de Fievel y su amigo gato, excesivamente empalagosa), no deja de ser un magnífico clásico para revisitar de tanto en tanto. Grandes canciones, grandes personajes, gran trabajo de James Horner en la orquesta, bastante sentimientos en juego, un par de situaciones que te tienen al borde del asiento, un final para aplaudir de pie, creo que no hay que pedirle mucho más a American Tail. Le doy un 8.5/10, y como ya vimos hace un par de semanas las aventuras de Pie Pequeño, así que avanzamos un poco en la cadena alimenticia... Es hora que Samsagaz se pregunté a sí mismo si se va a ir al Purgatorio.

Atentamente,
Farfaramir, el Manatí Francés Budista... que Canta

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