Estimados Lectores:
¡Vacaciones de invierno! ¡Es hora de ver 800 películas por día, les juro que no suelta Cuevana durante estas dos semanas! Hay tanto que ver, como... John Carter... y... eeem... ¿El Cuervo? Changos, parece que solo hay basura, pero espero encontrar algo mejor para entretenerlos por estos días. Como sea, durante estos días en que un código de procedimiento me agarraba a latigazos "¡ESTUDIA, ESTUDIA!", tuve un par de ocasiones para escaparme a ver una que otra película... y terminar el mes de la ciencia ficción de una maldita vez. Que a esta altura es una suerte de... semestre de la ciencia ficción. Pero tranquilos, nos quedan sólo... ¡3 películas! Las dos siguientes son bastantes conocidas, una implica orangutanes, pero no tan literal como el Planeta de los Simios, y la siguiente, Han Solo meets Yo Robot, pero por ahora... Never Let Me Go, una película inglesa con un nombre un poco muy mamón. De hecho muy mamón... y no les voy a engañar, es una película bien mamona, pero al mismo tiempo, con un trasfondo muy interesante. Aquí les va, La Isla, pero sin explosiones, ni Ewan McGregor ni Scarlett Johansson y mucho ingleses tomando té... ¿Comentamos?
Tranquilos, Dobby y Harry llegaran... en cualquier momento...
Año: 2010
Director: Mark Romanek
Primero, para hacernos la idea sobre esta rareza, quiero que se imaginen a Harry Potter: con colegios de magias, acentos Levioooosa, no Leviosa y duendes domésticos... Pero en vez de estudiar para ser magos, imagínense ahora que Ron y compañía estuvieran en el internado para magos para ser donantes de órganos... Ahora tachen la palabra magos y reemplácenla por clon. Es básicamente lo que obtenemos con Never Let Me Go: la historia de una Inglaterra donde para asegurar la subsistencia de la población, se clona a los humanos de modo de disponer de los órganos de los humanos replicados como donantes. La magna diferencia con la Isla es que aquí no hay grandes conspiraciones ni centros tecnológicos ocultos a la población: en este mundo, los clones pueden llevar vidas normales, siendo educados en internados Hogwarts bien old-school (donde la profesora es igualita a la vieja pesada de Harry Potter y la Orden Del Fénix, aunque menos rosa) para luego hacer donaciones durante su vida a petición del Estado, sin mayores represiones ni cargas. Los clones hacen unas 3 o 4 donaciones, luego de las cuales, lo más probable es que mueran. Por lo tanto, estos seres de menor categoría tienen vidas cortas, pero se les permite vivirlas en calma.
En este contexto, Kathy H nos cuenta en 3 actos su aburrida vida de clon, y las aventuras con sus dos amigos, Tommy y Ruth (también clones), desde la infancia en el internado para niños clones, pasando por la juventud donde los niños se enamoran entre ellos creando un triángulo meloso, hasta el tiempo de las donaciones... Todo bajo la perspectiva de una sútil esperanza, la del mito que circula entre ellos sobre la posibilidad de ser perdonados en las donaciones cuando una pareja de clones manifieste verdadero amor. Básicamente, y libres de muchos spoilers, la película se desarrolla en ese contexto (con una escena inicial absolutamente innecesaria que arruina el final, así que ni sé para que me esfuerzo en no contárselo). En este sentido, aún cuando la he calificado como ciencia ficción, no hay máquinas ni avances científicos de última generación, simplemente la noción de los clones habitando Inglaterra y utilizados con esos fines nos sirven para enmarcarla en el género. Quizás drama sería el término apropiado, si se llegan a encariñar mucho con los personajes, mejor lleven algunos pañuelos, acá no hay recurso mágico Crepúsculo de "transformar al protagonista en vampiro y todos vivieron felices para siempre en un hongo gigante".
La película no destaca en el aspecto técnico, ni musical, ni visual, aunque la ambientación de las escenas es interesante, especialmente en el internado, quizás la sección más interesante de la película. Aunque sutilmente, el internado va introduciendo gradualmente determinados elementos sobre la distopía en que nos encontramos: la misteriosa actitud de los vecinos hacia los alumnos, la llegada de una ingenua profesora que podría sacar bastantes detalles a la luz, y los métodos de enseñanza de los académicos en general, incluida la sospechosa "Galería" de arte, que será uno de los motores de la película aun cuando los protagonistas han abandonado el internado. Lo que sí destaca por su cuenta son las actuaciones de todos los personajes, tanto en sus versiones adultas como en sus versiones peteques. Tienes hartos momentos brígidos, en que dices "ooooh, que brígido", y decides que cuando crescas jamás aceptarás órganos donados... No, no tan brígidos, porque en realidad, la película no tiene grandes sobresaltos. En realidad, es una historia donde no pasa demasiado, aunque no es en realidad algo que me haya molestado particularmente. Si van a verla, no esperen una montaña rusa de acción (porque no hay) ni escenas "YOU WERE THE CHOSEN ONE!!".
Y los clones se tiraron al agua para no donar sus órganos... Fin.
(Nah... Pero habría sido un giro interesante).
(Nah... Pero habría sido un giro interesante).
Mi gran problema con la película es que, a pesar de la premisa distópica, la película no se siente como tal. Digo, asumiendo que estos problemas son resueltos en el libro que se basa: ¿porque los clones no escapan? ¿Quién los obliga a ser donantes? No es que existan torretas de policía por toda la película, ni grandes muros, ni sabuesos de metal, ni dementores... Aceptar la premisa de que los clones están allí por mera voluntad, que no les importa morirse en manos de desconocidos por sucesivas donaciones, requiere un especial esfuerzo que no se si logre aceptar del todo. Por otro lado, a pesar de la mínima sugerencia en el principio de la película de una cierta discriminación a los clones, estos parecen moverse sin demasiado problema por tiendas, comprando tecito (son clones ingleses, que esperaban), sin que nadie les diga "AQUÍ NO ATENDEMOS A LOS DE SU CLASE", y típicos cliché... que pueden haber sido muy explotables en esta clase de películas. En el fondo, ¿que diferencia a los clones respecto de los humanos sino el hecho de que dona órganos? ¿Es todo? Siendo justos, la viejita loca del internado al final hace una breve referencia al asunto, pero podrían haber gastado esto en vez de rebuscadas historias de triángulos de clónicos.
En suma, la película es interesante, con una premisa excelente, pero que no logra explotar todo el potencial que lleva adentro. Como película de romance drama, funciona bastante bien, sin caer en una excesiva cursilería, desarrollando la trama de manera sobria y ordenada. Pero como distopía, ciencia ficción, película que plantea dudas existenciales y morales sobre el avance de la ciencia y la medicina, sobre los límites de aquello que podemos hacer y aquello que no, queda un poco corta. No es que la idea no sea buena, muy por el contrario, da para mucho debate nerd y reflexión con la almohada, pero mucha gente olvida que las tramas del cine no consisten simplemente en dar la idea buena: también hay que ponerla en escena, lograr que a través de la imagen y las actuaciones esta llegue al espectador y este diga "ooooh, cuático". Es la misma razón por la que no me gusto Prometeo, pero siendo más justo con esta, las actuaciones son buenas y no tiene puntos especialmente bajos. Para ver con cafecito y en calma, sin mayores pretensiones, le doy un 7/10.
Atentamente
Es FarfAramir... No FarfaramÍr.
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