Estimados Lectores:
¡Feliz día del niño para todos mis lectores! De los cuales creo que uno es un perro, y otro un perchero frente a la pantalla de un computador que se me quedó abierto en un cyber. ¿Pero que importa? ¡Todos podemos tener espíritu de niños elegidos en nuestros corazones si creemos en ello! (No, en realidad, el perchero no). Para conmemorar tan magno evento, cinebasura abre la puerta a un espacio que de momento había evitado deliberadamente pero que se torna necesario abordar: el cine infantil, particularmente, el dibujo animado y su evolución en la animación digital ¿Han notado que incluso hasta los más viejos hablan de las cintas de animación de su infancia? Esto es porque existen cintas que son inmortales, que vuelven a nosotros porque no se limitan a ser una entretención de verano, sino que transmiten un mensaje que sobrevive al paso del tiempo. ¿Y que mayor ejemplo de ello que la mayor saga de animación digital de todos los tiempos, La Era del Hielo Toy Story? ¡Comentemos!
Misión secreta en blog no explorado... ¡Vamos!
Título Original: Toy Story
Año: 1995
Director: John Lasseter
Director: John Lasseter
Trasladémosnos a nuestra infancia, cuando los niños jugaban con juguetes, y no TF2 en línea con japoneses al otro lado del oceano. Habitación lleno de cachibaches y legos, con empapelado de nubes, con muñecas pastoras de ovejas por alguna razón en una pieza de niñ... No, saben, mi pieza no se parecía en nada a la de Andy, nuestro protagonista de la historia, quien tiene casi cada juguete que ha existido algún vez en la estantería de cualquier niño. Tiranosaurios, Hombres Caras de Papa, Perros Resorte, y por supuesto, el favorito de la colección, Woody el sheriff, quien repite frases cuando jalas del hilo que sale de su espada. Utilizando toda su imaginación, Andy recrea grandes aventuras para sus juguetes, donde Woody siempre es el protagonista, su amigo fiel. Sin embargo, lo que no sabe Andy es que cuando el se retira de la habitación... ¡Los Juguetes cobran vida! Woody (Tom Hanks) es el líder de la habitación, quien por entonces está organizando los juguetes para dos grandes eventos: la mudanza de la familia y el cumpleaños de Andy. Con terror, temen la llegada de un juguete nuevo que reemplace a los más nuevos, aunque Woody está seguro de que ninguno de sus amigos será reemplazado (enviando a una partida de soldaditos de juguete en una secuencia absolutamente hilarante)...
Lo que no esperaba es que a quien le tocaría el turno de ser olvidado, sería a él mismo, cuando entre los regalos de Andy, llegue nada menos que... ¡Buzz Lightyear! Buzz es el juguete perfecto, armado con luces y alas, con sonidos electrónicos y resistente a los golpes, pero quien además desconoce que se trata de un juguete: él realmente cree que es un viajero interespacial en misión secreta en espacio no explorado. ¡Vamos! ¡Y QUE PUEDE VOLAR! La llegada de Buzz a la habitación provocará un doble impacto en la vida de Woody: no solo Andy dejará de jugar con él, para transformarse en un juguete de segunda categoría, sino que sus propios amigos verán en el astronauta una figura ejemplar. Anhelando ser el escogido para ir de campamento con Andy, Woody decide librarse de Buzz, lo cual termina en desastre cuando sin querer terminan, tras atravesar una tanda de tétricos lugares, en el peor infierno concebible: El hogar de Sid, el niño más malo del vecindario y vecino de Andy que se divierte destruyendo juguetes y creando horrendas abominaciones en su habitación (seriamente, uno de los mayores villanos del cine, la maldad con rostro de niño). Obligados a olvidar sus diferencias, Buzz y Woody deben huir del hogar de aquel engendro y volver a casa con su dueño antes de que el camión de mudanza los deje atrás...
Lo que no esperaba es que a quien le tocaría el turno de ser olvidado, sería a él mismo, cuando entre los regalos de Andy, llegue nada menos que... ¡Buzz Lightyear! Buzz es el juguete perfecto, armado con luces y alas, con sonidos electrónicos y resistente a los golpes, pero quien además desconoce que se trata de un juguete: él realmente cree que es un viajero interespacial en misión secreta en espacio no explorado. ¡Vamos! ¡Y QUE PUEDE VOLAR! La llegada de Buzz a la habitación provocará un doble impacto en la vida de Woody: no solo Andy dejará de jugar con él, para transformarse en un juguete de segunda categoría, sino que sus propios amigos verán en el astronauta una figura ejemplar. Anhelando ser el escogido para ir de campamento con Andy, Woody decide librarse de Buzz, lo cual termina en desastre cuando sin querer terminan, tras atravesar una tanda de tétricos lugares, en el peor infierno concebible: El hogar de Sid, el niño más malo del vecindario y vecino de Andy que se divierte destruyendo juguetes y creando horrendas abominaciones en su habitación (seriamente, uno de los mayores villanos del cine, la maldad con rostro de niño). Obligados a olvidar sus diferencias, Buzz y Woody deben huir del hogar de aquel engendro y volver a casa con su dueño antes de que el camión de mudanza los deje atrás...
¡Se fue, voló, que bonito!
No sé si quiera debería señalar que este es una obra maestra por donde se le mire. Si bien la animación no se ha perfeccionado (vease, especialmente los rostros humanos), Pixar y John Lasseter acertaron al decidir narrar una historia de juguetes que permitía escapar a las limitaciones de la técnica. La historia, por cierto, es otro punto a favor, una gran equilibrio entre historia para niños (con personajes claramente caricaturescos) e historia para adultos, aunque quizás más tirada para el segundo lado. Dudo mucho haber comprendido la magnitud del terrible momento en que Buzz descubre que no es un juguete, quizás una de las escenas más descorazonadoras del cine. La música es sublime, tanto en ingles como en latino (recomiendo dar una vuelta a ambas), y me quedo justamente con el tema de Buzz intentando alcanzar la ventana. Además de esos detalles, tiene momentos honestamente terroríficos, la habitación de Sid es un infierno diseñado por una mente siniestra, ¡EL BEBE ARAÑA, DIOS SANTO, UNA CRIATURA DE LUCIFER! Incluso en el clímax, cuando los juguetes deciden finalmente enfrentar a Cid, el terror aumenta a proporciones superiores, de verdad, Pixar... WTF? Nah, ahora no me quejo, la verdad esos detalles permiten disfrutar la película ahora y siempre. De hecho, la historia de Woody y Buzz, de su amistad y de como aprenden a superar diferencias, es una epopeya que trasciende generaciones, y es esto la que transforma a Toy Story I como la mejor de la saga.
Lo mejor de esta película es la enorme variedad de personajes secundarios, cada uno con personalidad propia y muchos de los cuales sobrevivirán durante todas las siguientes secuelas. Mi favorito es Rex, el dinosaurio, pero sin duda que Slinky, el perro resorte; Hamm, la alcancía que hace de villano en las aventuras de Andy (y quien también es uno de los más desconfiados del retorno de Woody, y proporciona otra terrible escena cuando persuade a los demás juguetes de no permitir el regreso de Woody al hogar), y el Señor Cara de Papa. Aunque he mencionado el drama, el humor no se queda atrás (lejos, mi momento favorito es Buzz tomando te con... Maria Antonieta y su hermanita), un humor que no cae en infantilismos y que por eso es universal. La acción... bueno, la toma del cohete y la persecución del camión de mudanza es una secuencia sublime. Hemos entonces dejado constancia de que la primera Toy Story lo tiene absolutamente todo: una excelente historia, excelente música, excelentes personajes, ¡excelente final! No hay nada que podría tachar de esta película, el diseño de los diferentes ambientes es perfecto (Pizza Planeta es otro infierno, a pesar de los marcianitos verdes, que aunque ahora me causan risa, en su tiempo me espantaban de sobremanera), así que... que va, cien mil estrellas para Toy Story. ¿Y las secuelas?
Toy Story II
Sacado directamente de mi DVD... ¡Changos! Eeem, esas letras estaban. En la película.
Título Original: Toy Story II
Año: 1999
Director: John Lasseter, Ash Brannon, Lee Unkrich
Han pasado 3 años y la paz parece retornar a la habitación de Andy. Mientras sigue inventando historias para sus juguetes, Woody y Buzz han encontrado la forma de convivir sin tener que agarrarse a machetazos, el Señor Cara de Papa ha encontrado a su Señora Cara de Papa... Pero cuando el brazo de Woody se rompe, pronto descubre la nueva opción de ser abandonado, pues Andy decide no llevarlo a su campamento con él. Decidido a no ser vendido en la venta de Garage que se hará en el patio de Andy, y a salvar a su amigo Wheezy, un pingüino defectuoso, Woody termina cayendo por accidente en las manos de un obeso y codicioso coleccionador y vendedor de juguetes, el pollo Al. Sin embargo, cuando comienza a recorrer la habitación de su secuestrador, descubrirá un asombroso misterio sobre su pasado: el forma parte de una colección mayor de juguetes descontinuados, en compañía de Jessie, la vaquera; Tiro Al Blanco (un caballo de juguete) y el apestoso Pete, un capataz. Debo admitir en este punto que ninguno de los nuevos personajes me fascinó demasiado (salvo el Pollo Al, un grande), a pesar del pequeño adelanto a la tercera parte en el pasado de Jessie, la juguete que fue abandonada por su ama al crecer.
Un obscuro futuro se viene para los juguetes, el mismo que corren millones de juguetes por todo el mundo: ser abandonados en un basurero, o vivir para siempre en un museo como seres inmortales.Por su parte, Buzz y sus amigos no se quedan atrás, y armando una expedición integrada de forma conveniente por mis personajes favoritos de la pieza de Andy, deciden partir en busca de Woody hacia la tienda del Pollo Al. Aquí hago otra confesión: esta historia me pareció mucho más entretenida que la de Woody, llena de vaivenes y momentos jocosos para cada personaje. La trama de Buzz, quien se re encuentra con otro lunático de su misma línea de fabricación; junto con la aparición del malvado Zord, constituyen por lejos los puntos más altos de la película. Tras pasar por una serie de odiseas que implicará una adición de más personajes al grupo (entre ellos, el anhelado regreso de los marcianitos verdes), Buzz y los demás logran encontrar a Woody, quien parece no estar demasiado interesado en regresar con ellos al ver la posibilidad de ser algo más que un simple juguete. Y aunque quisiera, hay uno de los nuevos personajes que está decidido a no permitir que Woody regrese con sus amigos....
Miren, les seré sinceros, no soy particularmente fan del enfoque que asumió Pixar en esta película. Mientras que los espectadores de la primera película crecimos, pareciera ser que se decidió apuntar a un público más infantil en esta. Es cierto, tiene momentos aun más jocosos que la primera, ese es mi punto a favor (la escena del ascensor con Zord es lejos uno de mis gags favoritos de toda la saga), sin embargo, el drama y la tensión de la anterior son desplazados casi por completo. Es cierto, sigue teniendo ese tono amargo de tanto en tanto, pero los personajes se llevan bien, en general sus vidas son felices, ¡Queremos verlos sufrir! El problema es que mientras el drama de descubrir quien se es realmente funcionaba tanto para juguetes como humanos en la primera, en esta segunda parte, la elección de Woody entre ser un juguete de museo o de Andy... Mmm, nop. Ninguno de nosotros tuvo que hacer esa decisión jamás (si pudiera vender mis pistas de Hot Wheels a un japonés, gustoso lo haría... Mmm, no, creo que ya son solo chatarra), y mucho menos tuvimos que decidir entre ir nosotros mismos a un país extranjero o quedarnos... con Andy. Digo, admito que es una decisión difícil para Woody, pero personalmente, no llega tanto como en la anterior.
Ya, pero no seamos majaderos, la animación es doscientas veces mejor y como ya mencioné, me río a carcajadas cada vez que la veo. Sigue siendo una historia muy inteligente, con personajes interesantes (los nuevos en general, no tanto), y la música aun brilla por su magnificencia. Admito que me costó apreciar la canción de Jessie, bastante distinta los temas de la primera parte, sin embargo, es quizás el punto de drama en que triunfa Toy Story II. Una historia realmente trágica de las amistades que desaparecen con el paso del tiempo (Acá va un video de mis amigos caídos en acción... Snif). Me gusta además el trasfondo construido detrás de Woody, la falsa mitología orquestada tras él, ese fue un trabajo superior por parte de los guionistas. Por supuesto, la escena en que Woody recupera su brazo es un logro artístico, de animación, musical, etc... de otro nivel, mis aplausos para esa secuencia. Así que en suma, es una buena película, que cuando puedo pillarla la veo, pero que no se alza al nivel glorioso de la anterior como un clásico de todos los tiempos. Es más bien una antesala para lo que habría de venir en la tercera parte, que retoma el drama subyacente a este y lo reasume de manera más madura... Le doy un 8/10.
Toy Story III
Título Original: Toy Story III
Año: 2010
Director: Lee Unkrich
Hemos visto a Andy crecer y crecer y crecer... hasta que la temida profecía que Jessie anunció en Toy Story II y con la cual Woody y Buzz terminan la segunda parte se cumple: Andy crece y debe ir a la Universidad. Muchos años han pasado y buena parte de los juguetes clásicos de Andy han partido (Honestamente, me chocó la partida de Betty), lo cual augura ya desde un principio un enfoque más dramático que la parte anterior. La madre de Andy decide donar los juguetes a Sunnyside, una guardería para niños, a pesar de que Andy desea conservar los juguetes en el ático (dato que los propios juguetes desconocen) y llevarse a Woody a la universidad. Sin embargo, cuando por accidente la madre de Andy confunde los juguetes de Andy con basura, el equipo decide abandonar a Andy y seguir su destino a Sunnyside. Woody es el único que parece escéptico, pues sigue convencido de que su destino es seguir con Andy hasta el final. Por ello, cuando los juguetes arriban a la guardería y descubren en ella un paraíso idílico, es solo Andy (en una absoluta paradoja con la parte anterior) el que decide volver con su dueño.
La guardería presenta una nueva gama de cientos de personajes, entre quienes destaca el Oso Lotso, quien en un principio se muestra afable y respetuoso con ellos, y Kent... No sé si necesita introducción. A mi gusto, mejores adiciones que los de la segunda parte, aunque no posean el total carisma de los de la primera. Sin embargo, al rato descubren que en realidad Sunnyside es un infierno, donde solo algunos juguetes privilegiados pueden jugar con los niños mayores y tranquilos, y donde Lotso es una suerte de "Gran Hermano" que decide quienes sobreviven y quien no en una prisión donde solo el más fuerte se alza vencedor. La situación no mejora cuando Buzz vuelve a sus ajustes de fábrica, convirtiéndose en un lacayo de Lotso. Woody, por su parte, ha caído en las manos de Boonie, una simpática niña con quien vuelve a recordar los tiempos en que jugaba con Andy, pero al descubrir el horroroso destino de sus amigos, se ve forzado a retornar a Sunnyside, enfrentar a Lotso y encontrar la manera de retornar al hogar de Andy antes de que este regrese a casa, sin de paso morir en el intento...
Must... must not cry... :'(...
Toy Story 3 es uno de los cierres más grandes para una saga con personajes entrañables. Quizás se demora en agarrar ritmo y Sunnyside, a pesar de todo, no es la habitación de Sid, pero sin duda que sabe cerrar de forma épica y perfecta la trilogía. La animación nuevamente es de otro planeta, lo que se destaca principalmente en la escena del basurero (no me quedaban uñas que comer al final de esa secuencia), transformándose en la que es quizás la película más colorida de la saga. A diferencia de las anteriores, esta es una historia de equipo, a pesar de que Woody y Buzz siguen llevando la batuta, esta vez es el grupo completo de personajes el que debe encontrar la manera de volver a su amo (como es costumbre... Seriamente, Andy es el peor dueño del planeta, ¿como pierdes a tus juguetes 3 VECES sin darte cuenta? ¡Y HASTA POR UN AVIÓN A JAPÓN PASARON!). Quizás me faltó alguna canción por allí, pero es un detalle menor. El humor quizás esta un poco más ausente, al seguir la vena más sentimentaloide de la primera, pero en realidad, prefiero a eso a una payasada demasiado infantil. Después de todo, quienes disfrutamos con Toy Story III somos quienes la vimos hace casi quince años atrás, quienes crecimos con las aventuras de Woody y sus amigos y esperábamos el cierre de la saga con ansías.
Y que gran cierre fue. La escena final es, después de los primeros minutos de Up, uno de los momentos más logrados de Pixar (Si por alguna estúpida razón estás leyendo esta review sin haber visto la película, pues salete de acá): Andy presentando uno a uno los juguetes que marcaron su propia infancia, describiendo sus fortalezas y trucos; ya para cuando comenzó a despedirse de Woody, la sala de cine que estaba repleta de cabros chicos estaba en un absoluto silencio. Luego, Andy juega por última vez por ellos y se despide... ¿Que demonios, Pixar? ¡Se supone que soy un macho recio, porque me haces sufrir con los pobres juguetes! Woody agitando su mano a Andy me destruyo, la música de fondo es casi música de cebollas gigantes cortándose en el fondo... En fin, pero ese era el cierre que debía tener. Triste, pero esperanzador al final de cuentas. El desarrollo de la película quizás sea equiparable al de la segunda parte, pero es el final el que permite que Toy Story 3 alcance la perfección. Quizás no sea tan grande como la primera, que es enorme de principio a fin (¡Y tiene mega canciones!), pero sin duda que queda como un clásico inmortal al igual que su original. 10/10 para Toy Story 3.
Atentamente
Farfaramir. Disclaimer: ¡Todos ustedes lloraron, no me vengan con estupideces, yo lo séeeeee!
de las películas de "monitos" que más me gustan!! de siempre!!!!! dinosaurio verde <3
ResponderBorrarSolo vi la primera (uno de los mas grandes clasicos de la historia del cine animado, al igual que el primer Shrek), para las otras dos ya no tengo la edad. Yo ahora solo veo cosas de adultos maduros, como por ejemplo Miami Hot Dance 3-D. (?)
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