jueves, 18 de junio de 2015

Dany: The Age of Adeline

Como lo inevitable siempre llega, ha llegado el momento de revisar una película que Ud. mi querido Lector inocente puede ver junto a su familia. Y siguiendo la temática de protagonistas mujeres, que en un principio eran locas, hoy son protagonistas mujeres con algo especial. Y ya habiendo pasado por asesinas enanas, ninfómanas, depresivas, aliens y robots, hoy nos toca la señorita que no puede envejecer, película que comento como mi más reciente capricho estilístico, les guste o no.


Título Original: The Age of Adeline
Año: 2015
Director: Lee Toland Krieger

Adaline Bowman nació el año nuevo de 1098 en San Francisco donde creció como una mujer normal, se casó y tuvo una adorable hija llamada Flemming.  A los 29 años, después de quedar viuda en un trágico accidente en la construcción del puente de San Francisco, Adaline sufre ella misma un accidente automovilístico que cambia su vida, ya que después de ese momento pierde la capacidad de envejecer.

El año 2015 y después de pasar décadas cambiando de identidad y  alejándose de la gente que ama o ha amado, Adaline en la víspera de año nuevo conoce a Ellis quien, para bien o para mal, hará que se crucen su presente y pasado, obligándola a tomar la decisión de escapar y seguir viviendo para siempre en soledad o quedarse y enfrentar su realidad.


De antemano y por la temática de la película, sé que esta review además de leerla yo no la leerá nadie. Por lo mismo me daré el gusto de escribir sin mucha profundidad y centrándome en aspectos fundamentales para mi, como la ropa.


Siempre se ha dicho que uno de los más grandes anhelos de la humanidad es la vida eterna, buscar la inmortalidad, y más específicamente en el tema de no envejecer. La película presenta esta particularidad en la protagonista no como algo mágico, sino como una reacción a nivel químico en el cuerpo de Adaline, desencadenada por la electricidad mezclada con otros factores. Por lo tanto, no hay nada fantástico ni sobrenatural, sin embargo, la historia sí se presenta como un cuento en que el curso de los acontecimientos van siendo guiados por una fuerza misteriosa y por un aura mágica que rodea a Adaline. Así, la película transcurre mostrando las problemáticas que conllevaría el vivir para siempre, como la soledad o la muerte de los seres queridos, con encuentros o coincidencias que parecen no tener explicación.

Y este casi realismo mágico de la película es lo que la hace débil. Primero, le falta profundidad. Vemos la vida de la protagonista hoy, con pequeños guiños de lo que fue su vida desde los años 20, por lo que cuesta entender sus motivaciones y sentimientos. En mi opinión, me habría gustado ver un poco más como Adaline fue sobreviviendo década tras década y acumulando los temores y experiencias que le impiden ser feliz. Sé que este miedo va por el hecho de no tener el recordatorio constante en el cuerpo del paso del tiempo, pero esta falta de arrugas o canas pudo mostrarse un poco más.

El segundo problema es el final. Es un final predecible. Pensé no cuestionarlo mucho viendo la película como un cuento de hadas o algo así, pero es inevitable no pensar que se podría haber cerrado la película con algo más original o menos forzado. Hasta la hora y veinte minutos todo iba tan bien, pero después las cosas parecen ponerse cursis, forzadas y fuera de esta impronta tenue y calmada que se fue proyectando.


Después del comentario profundo viene lo bueno. No puedo dejar de expresar que tengo un crush en Blake Lively desde que ví Gossip Girl. Y en esta película se ve perfecta. Perfecta en todas las épocas, y de verdad, aunque la amo, nunca pensé que pudiera actuar tan bien. También actúa Harrison Ford, y su personaje es perfecto igualmente, ya sea joven o viejo. La ambientación y vestuario de la película también son impecables. Estuve toda la película en un profundo estado de contemplación estética, o algo así, con cada abrigo, vestido o peinado, así que si Ud. Lector fashionista es como yo y se muere por estas tonteras, será muy feliz.

Pero mirando más allá de los abrigos Gucci, podemos ver, sobre todo en esta película, la importancia del vestuario. Este tema es algo que no se toma mucha en cuenta al reseñar películas pero que sí es relevante. Se trata de que los personajes no se vean como vagabundos, pero tampoco que se caiga en el overdressing. Las películas debieran reflejar un equilibrio en que la ropa no se imponga y nuble la historia (como en El Gran Gatsby) y que refleje la psicología de los personajes. En “La edad de Adaline” el vestuario es sutil y utilitarista en el sentido de representar cada época, pero también para recordarnos que aunque la protagonista use un IPhone y un trench siempre llevará algo que refleja que es de otra época.


Para terminar, como siempre viene la recomendación. Si bien la película es larga (casi dos horas) no es lenta y es bastante entretenida. Tampoco hay exceso de amor o cosas melosas, pero sí se siente un poco la tristeza de una vida muy larga y solitaria. Como dije al principio es una película fácil de ver, casi familiar, pero sin ser sosa ni una comedia romántica insufrible. Sé que muchos podrían caer en el “yo no veo películas románticas” pero si su cabeza procesó las más recientes películas de acción, créame que esta no tiene nada malo ni nada que no pueda aguantar.  

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