martes, 11 de septiembre de 2012

¿Quién engañó a Roger Rabbit?

Estimados Lectores:

He pasado algunos días en descontaminación tras los horrorosos incidentes de las adaptaciones de superhéroes mediocres, y lo más probable es que debido a este tedioso proceso no retornemos oficialmente hasta el viernes, donde comencemos una nueva semana temática relacionada con el 18 de Septiembre (Adivinen de que se va a tratar... así es, vamos a ver todas las Hangover!). Como los recuerdos de Gatúbela, Elektra y Wolverine aun me persiguen en espeluznantes pesadillas, me dije a mi mismo: "Hey, haz el ejercicio inverso... ¡Elige una de las películas favoritas y revísala en el blog!". Y buscando en mis archivos, omitiendo caer en el Hipster team, desempolvé lo que yo consideró una película perfecta por donde se lo mire: ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Lo más probable es que la mayoría de ustedes la hayan visto en el pasado, y como no hacerlo, es un clásico inmortal que sobrevivirá por muchos años como uno de los experimentos más exitosos jamás realizado por Hollywood. ¿Quieren saber porque? ¡Entra para descubrirlo!

¡Bomboncito... Bomboncito...!

 Título Original: Who Framed Roger Rabbit?
Año: 1988
Director: Robert Zemeckis

 Para empezar, quiero aclarar que esto es, por supuesto, full spoilers, por lo que si no las has visto, ¿que estás esperando? Es una inversión garantizada con el sello de calidad Farfaramir (el mismo que le puso casi un diez a Día de la Independencia, pero bueno... quien me entiende). Mandado los niños a dormir, procedemos: Quien engañó a Roger Rabbit se situa en un peculiar universo, donde dibujos animados y seres humanos conviven bajo un mismo techo. Los primeros, viven en un mundo vicioso, lleno de alcohol, drogas, sexo y conspiraciones, los segundos, en la idílica ciudad de Bujolandia, la que no es ajena a los vaivenes de la primera. En este contexto, Eddie Valiant (Bob Hoskins, quien interpretó a Mario en... no, mejor ni siquiera mencionarlo), un detective privado quien en su pasado se especializó en resolver crímenes relacionados con dibujos animados, es contratado por el director de Maroon Cartoons para descubrir el porque el mal desempeño de una de sus mayores estrellas: Roger Rabbit, un molesto y chillón conejo quien comparte caricatura con Baby Herman, un infante fumador y mujeriego. Todo apunta que la responsable de la baja en la performance de Roger se debe a la "femme fatale" de turno, Jessica Rabbit, novia de Roger y sin duda uno de los dibujos más sensuales de todos los tiempos. (No exagero, busquen un poco más abajo). Aunque Eddie se muestra reticente a trabajar en otro caso de dibujos, tras perder a su hermano en mano de uno de ellos, finalmente accede y descubre que Jessica tendría una aventura con el famoso director de empresas Acme.

¿El resultado? Pocos después de que las fotos de la aventura salgan a la luz, el director aparece asesinado y todas las pistas apunta a que fue Roger quien lo hizo, y el perverso Juez Doom está dispuesto a encontrarlo para hacerlo pasar por la justicia: introducirlo en el "Derretidor", la única sustancia capaz de asesinar a un dibujo animado. Pero cuando Eddie cree que el problema ya no le concierne, Roger aparece en su despacho clamando su inocencia, y pidiéndole ayuda, recurriendo al pasado de Eddie como protector de dibujos animados para convencerlo. Y aunque Eddie se niega, las circunstancias los obligarán a trabajar mano a mano: el juez Doom inicia una persecusión tras ellos. Todo indica que una conspiración más enorme de lo que podría imaginarse intenta inculpar a Roger por un crimen que no cometió, una que podría involucrar tanto a seres del mundo real como de Bujolandia, por lo que Eddie, en compañía de Roger, Jessica y otros, deberá entrar al mundo que renegó hace tantos años, y de paso reencontrarse con alguno de los más clásicos dibujos animados de todos los tiempos. Con solo leer esto, ya debería quedarse más o menos claro porque la película es sublime: la trama de por sí ya es suprema. Obscura, tétrica, introduce aquello que es esencialmente infantil en un mundo de adultos donde las mentiras y los cigarros abundan, pero sin que jamás los dibujos pierden su esencia de caricaturas.



Uno de mis asuntos favoritos con esta película es la ambientación. La atmósfera noir del cine negro de los cuarenta y cincuenta de Hollywood, con bares llenos de ebrios y envuelta en aroma a cigarro, los vestuarios y las intrigas, y porque no, el magnífico soundtrack de Alan Silvestri se entremezclan en perfecta armonía para crear una historia como ninguna. El tema que suena mientras Eddie le confiesa a Roger porque ya no trata casos de dibujos es inmortal, lo mismo aquella melodía nostálgica que acompaña toda la película. Y quizás es en estos puntos donde el film trasciende, porque los dibujos no son puestos en un contexto moderno donde desencajen: la mayoría de ellos nacieron y tuvieron su momento de gloria durante esos años, por lo que, a pesar de hayarse en una situación diversas a las de sus propias aventuras, no desencajan en absoluto. ¡Y que manera de tener clásicos por segundo! Desde Mickey Mause y Bugs Bunny, pasando por Piolín y Droopy (enorme escena por cierto la de este último, por cierto), la mayoría no aparece más que unos segundos en pantalla, pero lo suficiente para brillar por su historia y de paso recordar porque fueron tan magníficos en nuestra infancia. Por supuesto, el cameo más grande (y quizás la mejor escena de toda la película, lo cual es decir harto), lo tiene el Pato Donalds con el Pato Lucas en un duelo de pianos tan demencial y bien logrado que termina en una guerra de cañonazos y balazos... Sublime. Esa sola escena bien pudo tener su propio corto animado y unirse a clásicos de los mismos como las Bodas de Figaro de Bugs Bunny. En serio, esto no son simples cameos, son enormes momentos para enormes personajes.

Y ya que hablamos de personajes, los protagonista de la película son sencillamente brillantes. Eddie es un detective atormentado, con un pasado complicado y con un trabajo relacionado con aquello que mas odia: los dibujos animados. El mero contraste con ellos lo vuelve jocoso y al mismo tiempo, complejo. Roger, por su parte, es la exacta contraparte, y debo admitir que cualquiera pensaría que se trata de una caricatura verdadera de los cuarenta, pero es más bien una adaptación del personaje del libro en que se está basada. Por supuesto, nos otorga otra de las escenas más pertubadoras de toda la película, cuando descubrimos cual es su reacción al alcohol. Y eso pasa... ¡DOS VECES! Y las DOS VECES es igual de terrorífico. Jessica Rabbit, por su lado, y como ya mencioné, es sensualidad y misterio en uno, es quizás el mejor personaje animado de toda la película. Eso, si no contamos a Baby Herman... ¡Dios santo, es un bebe alcohólico y mujeriego, que hace bromas de doble, y triple, y cuatriple sentido! Sencillamente, sublime, tiene alguna de las mejores líneas de la película, quizás ayuda en eso su voz rasposa de adulto de 50 en un cuerpo de dos años. Finalmente, y no menos importante, Joanna Cassidy interpreta a Dolores, el interés amoroso de Eddie, quien es la contraparte total a Jessica: recatada pero llena de personalidad para dirigir un bar por ella misma. No es el personaje más genial, pero al mismo tiempo, no decepciona.

Después de su divorcio, El Doc huyó a los 40 donde los constantes viajes en el tiempo lo transformaron en...

Sin embargo, quien se lleva todas las medallas en esta película con su espeluznante interpretación (entiéndase espeluznante en el mejor sentido posible) es Christopher Lloyd (el Doc en Volver al Futuro) como el juez Doom. Siniestro, irónico, es sin duda uno de los villanos más terroríficos de toda la historia del cine. Armado con un escuadrón de comadrejas gansters, y un líquido de pesadilla que es capaz de derretir dibujos animados, desde pequeño me causo una extra sensación con combinaba terror y fascinación. Porque si en su versión normal es un ser de pesadilla (la escena en que derrite a la pequeña bota guacha sigue siendo sin duda una de las más tétricas de toda la película), hacia el climax alcanza un nivel digno de un monstruo salido del mismo Hades. Todavía recuerdo la primera vez que lo vi: la aplanadora aplastando su cuerpo, todos creímos que era un saco de sangre para ese entonces... ¡PERO NO! ¡Aparece como una horrenda caricatura aplastada, el era un dibujo animado todo este tiempo! Pero la pesadilla no termina ahí: el juez logra reinflarse... Sus ojos amarillos miran directamente en la pantalla, contienes la respiración, y entonces pronuncia aquellas palabras que hasta hoy me atormentan en mis noches de insomnio: "Te acuerdas Eddie... cuando mate a tu hermano... YO HABLABA... MÁS O MENOS ASÍ!". ¡SUPER HOLY MOTHER OF NIGHTMARES, ESE MOMENTO ERA PARA PARARSE Y HUIR DE LA HABITACIÓN GRITANDO COMO UNA NIÑA! Sin duda Christopher Lloyd fue una acertadísima elección para el personaje: terrorífico, lleno de clase, pero que sabe ponerte los pelos de punta cuando quiere hacerlo. 

Como sea, ¿que no he dicho ya de esta película? Si bien es cierto que algunos detalles de las trama pueden ser un poco muy estúpidos (como el incomprensible plan del Juez Doom de barrer Bujolandia para construir... ¿una autopista?), y otros demasiado complicados, especialmente las conexiones de empresas Maroon con toda la conspiración, ciertamente que al final son detalles que terminan perdiéndose en una marea de genialidad y entretención. Comedia, acción, intriga, drama, ¡esta película lo tiene todo! Incluso una dosis de terror y suspenso, la escena en que el Juez Doom busca a Roger en el bar siempre significaba terminar sin uñas en mis dedos. Es cierto que no es una película para niños, de hecho, no se me ocurre ningún chiste demasiado infantil (si pensamos en la escena del baile de Eddie, podría haberlo sido... SI NO FUERA POR LAS ESPELUZNANTES Y MACABRAS MUERTES DE LAS COMADREJAS!), pero quizás ese es el punto. Esta no es una película para niños en ningún sentido. Es para el adulto que puede ver los dibujos desde otra perspectiva, en un mundo real y negro, sin que por ellos dejen de ser ellos mismos. Bugs Bunny sigue siendo Bugs Bunny, el Pato Lucas sigue siendo el Pato Lucas, Piolín sigue siendo Piolín, solo en una realidad donde hay muerte y asesinatos. ¿Quien podría culparlos? Para mi, sigue siendo un clásico que disfruto cada vez más y más (especialmente ahora que entiendo más las rebuscadas intrigas comerciales de la película), y sin duda, un poderoso competidor para convertirse en una de mis favoritas de todos los tiempos.

Y eso es... eso es... eso es todo amigos!

¿La nota? No, esta película no tiene nota. Es la maestra que le pone las notas a las otras películas. ¡Y ahora me despido, y nos vemos el viernes!

Atentamente
Farfaramir

2 comentarios:

  1. No sabía que se basaba en un libro.
    La encontré muy buena. Se parece un poco a Volver al Futuro en apelar a la nostalgia de los '50

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