Esta noche en el mes del terror es el turno de las brujas, o sea, que cosa
más Halloween que las brujas y como el Jefe se hace el loco cada vez que le
digo que quiero tener mi semana de películas rosadas decidí buscar algo que me
permitiera desarrollar mi faceta glitter, y me acordé de este clásico
adolescente noventero, que más que glitter es algo así como glitter dark que me
lleva a recordar mis épocas oscuras en que lo mejor que me podía pasar era
comprar una polera negra en el Eurocentro. Así que mi querido lector gótico lo
invito a leer esta review dark noventera.
Luego de mudarse a Los Angeles con su familia, Sarah ingresa a una escuela
católica donde llama la atención de Bonnie, quien junto a sus amigas Nancy y
Rochelle son conocidas en entre sus compañeros por practicar brujería y quienes
secretamente están en busca de una cuarta integrante para su grupo. Sarah en un
principio no les presta atención y comienza a salir con Chris, quien al tiempo
comienza a esparcir falsos rumores sobre ella.
Por la rabia y las burlas, Sarah busca refugio en las tres chicas, cada una
con sus propios problemas: Rochelle sufre de racismo, Bonnie carga con
cicatrices de quemaduras en su cuerpo y Nancy vive un infierno junto a sus
padres alcohólicos. Juntas harán un pacto de sangre que las unirá y con ello
invocarán a Manón, una misteriosa entidad que representa a toda la naturaleza y
a la que acudirán en busca de solución a sus problemas, sin imaginar que lidiar
con el poder que han despertado en ellas será más peligroso y difícil que
satisfacer sus ambiciones adolescentes.
Reconozco que esta no es la mejor película de brujas que podría haber
elegido, pero tengo mis razones para hacerlo, y la razón principal es que este
blog necesita estilo. Y esta película es de lo más ondera que hay. No es una
película de terror que de miedo, es más una película de suspenso y misterio,
así que también soy culpable de no recomendar algo tan Halloween (es de brujas
con eso basta). Pero vamos por parte.
La cuestión es bien simple, son cuatro amigas que les gusta hacer hechizos,
sin resultados al principio, pero que después las cosas les empiezan a salir
bien, y como siempre algunas se ponen codiciosas y quieren cada vez más y más y
ahí queda la escoba. Porque como hemos visto en haaartas películas ya, el poder
sin límites no lleva a nada bueno, y más si se juega con lo desconocido por
tanto esa sería la moraleja de la historia, no hay nada más que decir. Bueno,
hay muchas más cosas que decir, la película toca el tema de la amistad, los
celos y las inseguridades, pero de eso se puede hablar en otro mes del año…
En cuanto a lo malo de la película es que definitivamente no da miedo ni
asusta, lo que, para ser redundante, es malo malo en Halloween. Otra cosa
también es que los personajes son están super estereotipados: la gótica, la
rara, la niña angelical, la rubia pesada, el idiota… no hay película
adolescente y sobre todo noventera en que no encontremos a los mismos
personajes, que obviamente se transforman y dejan de ser raros o buenos o se
vuelven menos malos o más góticos, en eso no hay novedad, y en esta película
resulta en parte pero no evita que los conflictos y sus soluciones se hagan
predecibles.
Y lo bueno definitivamente es la estética. Es la típica estética de
película noventera ondera, desde la música hasta la ropa. Eso es lo más genial
de la película, porque sin duda el estilo alternativo del cuarteto de brujas está
muy bien logrado e incluso bien desarrollado en cuanto a personalidad y a
entorno, lo que crea ese efecto nostálgico y romántico de que los noventas eran
de lo más cool. En cuanto a la película misma, si bien la trama no es muy
inteligente, es entretenida aunque a los
conflictos no se les de mucha profundidad, lo que en parte también se agradece
porque nadie quiere ver tanto drama adolescente sobreactuado.
En conclusión, The Craft es la típica película antigua que de seguro uno encuentra
en octubre en la tele y que sirve para pasar el rato o para verla con las amigas o con la polola, pololo o mascota. La recomiendo si Ud.
lector nostálgico es un fan de los noventas como lo soy yo, y le gustaría usar calcetas sobre las rodillas y usar hartos accesorios de cruces, pero no es para
nada un indispensable de terror, aunque sí un indispensable en las películas de
culto noventeras que tan felices nos hacen a algunos.
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