Estimados Lectores:
Bueno, entre la depresión que me dio Requiem for a Dream y el infarto de sarcasmo del domingo, supongo que tenía que ver algo que me subiera el ánimo. ¿Les conté que alguna vez hice montañismo? Quizás debería aclarar: duré una sola clase. ¡Pero me siento listo ya para vencer el Everest! Así que para honrar mis sueños, decidí ver una película con el nombre, de seguro debe tratarse de como sale bien para estos alpinistas y como todos vuelven a casa con sus esposas, ¡vamos con ese optimismo!
(Dos horas después).
Well, shit.
Título Original: Everest
Año: 2015
Director: Baltasar Kormákur
Everest reune a un cast increíble de actores aclamados por la crítica para volvernos inmediatamente irreconocibles tapando sus rostros con antiparras y abrigos gigantes, y luego congelarlos en las alturas haciendo la elección del cast un tanto irrelevante. Esta es la historia real de un grupo de montañistas/turistas que tomaron el tour guiado para subir el Everest, para encontrarse con una tormenta mientras descendían. Entre el absurdamente completo cast, tenemos a Josh Brolin, Keira Knightley, Robin Wright, Jake Gyllenhall, Jason Clarke, Sam Worhington... Cualquier hubiera pensado que iban a filmar La Gran Estafa 4.
Este es el asunto con Everest: he visto varias películas de montaña, y sean de buena o mala calidad, en general son muy entretenidas. Todos saben más o menos como van, conoces a tu grupo, algo sale mal, los simpáticos sobreviven y el chico se queda con la chica. Muy probablemente, el viejo alpinista con una herida en el alma se sacrifique por los otros. Ya saben, Límite Vertical y todas sus curiosas variables. Everest no es así, y a pesar de estar filmada como una película Hollywoodense y tener una que otra secuencia de acción pochoclera, es quizás la cinta del género con más pies en la tierra que haya visto.
Es una narración sin endulzar (ni tampoco endurecer) el como es el verdadero ascenso al séptimo de los grandes picos: con sus secciones duras, con sus secciones fáciles, y con sus secciones aburridas. De hecho, creo que en 3/4 de la película son simples instrucciones de alpinismo, conversaciones en los campamentos y Jake Gyllenhaal caminando sin polera a 0 grados de temperatura. Mirado así, es casi un documental, pero tampoco olvida que es una cinta millonario con grandes actores, por lo que sabe mantener entretenido incluso cuando no pasa nada.
El póster debió ser Keira Knightley llorando al teléfono... digo, es una representación más exacta de lo que pasa en esta película.
Título Original: Everest
Año: 2015
Director: Baltasar Kormákur
Everest reune a un cast increíble de actores aclamados por la crítica para volvernos inmediatamente irreconocibles tapando sus rostros con antiparras y abrigos gigantes, y luego congelarlos en las alturas haciendo la elección del cast un tanto irrelevante. Esta es la historia real de un grupo de montañistas/turistas que tomaron el tour guiado para subir el Everest, para encontrarse con una tormenta mientras descendían. Entre el absurdamente completo cast, tenemos a Josh Brolin, Keira Knightley, Robin Wright, Jake Gyllenhall, Jason Clarke, Sam Worhington... Cualquier hubiera pensado que iban a filmar La Gran Estafa 4.
Este es el asunto con Everest: he visto varias películas de montaña, y sean de buena o mala calidad, en general son muy entretenidas. Todos saben más o menos como van, conoces a tu grupo, algo sale mal, los simpáticos sobreviven y el chico se queda con la chica. Muy probablemente, el viejo alpinista con una herida en el alma se sacrifique por los otros. Ya saben, Límite Vertical y todas sus curiosas variables. Everest no es así, y a pesar de estar filmada como una película Hollywoodense y tener una que otra secuencia de acción pochoclera, es quizás la cinta del género con más pies en la tierra que haya visto.
Es una narración sin endulzar (ni tampoco endurecer) el como es el verdadero ascenso al séptimo de los grandes picos: con sus secciones duras, con sus secciones fáciles, y con sus secciones aburridas. De hecho, creo que en 3/4 de la película son simples instrucciones de alpinismo, conversaciones en los campamentos y Jake Gyllenhaal caminando sin polera a 0 grados de temperatura. Mirado así, es casi un documental, pero tampoco olvida que es una cinta millonario con grandes actores, por lo que sabe mantener entretenido incluso cuando no pasa nada.
Es sorprendente lo mucho que se centro la campaña publicitaria en una escena tan irrelevante... ¡No, en serio! Esto ocurre a la mitad, no hay mayor tensión y ni siquiera forma parte del verdadero drama
Optar por esta narrativa más "aterrizada" tiene dos ventajas: cuando el peligro realmente llega, se siente real y no un mero producto de la magia del cine; y en segundo lugar, a menos que conozcas los hechos en que están basados, no hay forma que adivines quien va a sobrevivir. Es absolutamente impredecible en este sentido. Ayuda bastante a lo aleatorio el que tengamos grandes actores. Es como si metieran a Pierce Brosnan, altiro uno dice "pffff, obvio que James Bond sobrevive", y de la nada James Bond se cae a un precipicio sin mayor elegancia, casi fuera de cámara.
Ahora, ¿es una película perfecta? No, sé que está basado en hechos reales y que probablemente la historia real fue más o menos así, pero hay un par de argumentos bien cliché entre medio, como el padre que va a tener a la hija y se queda atrapado en la montaña justo a días del parto. En general, me interrumpían la onda estas secciones de "¡veamos en que anda la señora!", con Keira Knightley llorando. Y llorando. Y llorando. De nuevo: muy probablemente sucedió así, pero quizás pudo ayudar quedarnos arriba más tiempo en lugar de esos cortes raros.
Pero fuera de todo, Everest es un caso interesante y sugiero echarle un vistazo, si es tan solo por la hermosa fotografía y algunos buenos efectos especiales (me puse a leer como filmaron la película, da para una nota aparte). Quizás sea un poco decepcionante para quienes esperaban una aventura trepidante, pero probablemente deje satisfechos a quienes vean la montaña como realmente es: fría y traicionera a ratos, difícil de alcanzar, pero a veces, vale la pena morir por conseguirla.
Atentamente,
Farfaramir, el Romántico
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