martes, 22 de septiembre de 2015

Barrio Universitario

Estimados Lectores:

¿Recuerdan el acto de extremo masoquismo que cometí el 2013 cuando vi dos películas de Sebastián Badilla seguidas? Así es: dos días seguidos, El Limpiapiscinas y El Babysitter. Pueden imaginarme como a Frodo subiendo el Monte Destino, olvidando el sabor de las frases y otras ridiculeces similares... Las secuelas de aquel día aún viven en mi corazón, como fragmentos de una pesadilla de la que jamás podré realmente escapar. Bueno, hace dos días vi Fuerzas Especiales, ¡así que PORQUE FUCKING NOT! ¡PORQUE NO EL BARRIO UNIVERSITARIO! Ya estamos aquí, ya metimos nuestros pies al fondo del pozo séptico, ¡porque no hacerla de una, toda! ¡MIRA MI MUERTE, MIRA MI MUERTEEEEEEEEE!

Saben, quizás debí ver el poster antes de meterme a esto...

Título Original: Barrio Universitario
Año:2013
Director: Esteban Vidal

Al igual que Fuerzas Especiales, Barrio Universitario está realizado por el elenco del Club de la Comedia, aunque en esta ocasión no está basado en ningún sketch en particular... Aunque bien podría haberlo estado, porque el chiste quedo aburrido a los 5 minutos... ¡Pero hey, eso es más que lo que duró mi atención a la película de Buenos Días, Buenas Tardes! ¡Felicitaciones, Barrio Universitario, oficialmente eres menos precoz que Fuerzas Especiales!

Y de nuevo, repito mi advertencia sobre aquel intento de película: por regla general, no entro a una película queriendo odiarla. Sé que es divertido detestar productos chilenos, pero acá en el Bar Cinéfilo somos comprensivos, podemos respetar los productos comerciales por lo que son... ¡De verdad quería que Barrio Universitario no fuera tan mala, de que me sacará unas carcajadas y al final del día tuviera que defenderla de una turba furiosa! ¡PERO NO PUEDO! ¡PORQUE ES BASURA!

En beneficio de esta película, puedo decir que al menos tiene una historia bien clara y definida (a diferencia de Fuerzas Especiales): durante un violento mechoneo, un kioskero (Felipe Avello) cuenta a dos mechones fugitivos la historia de 4 estudiantes universitarios del peor instituto técnico del país, el Michael J. Fox, y de como estos deben unirse para armar un robot en una feria científica en contra de la "universidad más poderosa del país" (¿Universidad del Mar?), todo esto porque uno de ellos, Miguel (Fabrizio Copano), quiere sorprender a una estudiante del barrio alto llamada Juanita.


Lo admito, los primeros 10 minutos de la película lograron captar algo de mi atención. A pesar de que el Michael J. Fox es un plagio grotesco al Instituto APLAPLAC, logró sacarme un par de carcajadas. Pero esta película pronto demuestra ser una pendiente cuesta abajo, al igual que en Fuerzas Especiales, un Sketch que queda agotada rápido y que hay que alargar como sea, y de pronto te encuentras al borde del abismo observando la locura, y cuando miras al abismo mucho tiempo, es posible que el abismo te mire de vuelta.

Quizás mi principal problema con esta película es que la película se centra demasiado en la trama de Fabrizio Copano, trama insufrible porque el personaje no es gracioso: es este clásico sujeto demasiado bonachón, demasiado noble, lo cual puede ser cómico en ciertos contextos pero Copano le quita toda la vida al personaje. Es como si cada vez que la cámara se centra en él, la película se desinfla.

Y honestamente, los demás personajes tampoco son demasiado entretenidos. Sí, el profesor es divertido y admito que todos los cameos funcionaron (especialmente el de mi Tío... si, mi Tío Italo), pero en general, esta película sostiene sobre un cabeza un enorme cartel de "ahora ríanse" que me sacaba de quicio. Admito que me reí más que con Fuerzas Especiales, pero considerando que en esa me reí 3 veces, superar la marca era lo mínimo que tenía que lograr esta bazofia.


Lo buena noticia es que el clímax es, erm, decente, considerando lo absolutamente desastroso que es lo anterior, pero para llegar allí debemos recorrer un absolutamente insufrible dramón de clases sociales que no sé porque tuvo que ser tan amargado. Y quizás sea el meollo del asunto: esta película a ratos se toma demasiado en serio, cuando paralelamente estamos construyendo un robot gigante que baila, ¿necesitamos a Copano haciendo crítica social? En lo absoluto. Y dicho eso, creo que el clímax es solo divertido porque después de tanta fomedad un mínimo de esfuerzo en hacer el ridículo tenía que ser acompañado al menos por una sonrisa. 

Miren... Esto es malo. Realmente, no lo recomendaría ni a su peor enemigo, pero puedo decir que es mejor que Fuerzas Especiales y cualquier película de Badilla. ¿Tiene algún merito eso? En lo absoluto. Eso es como la diferencia entre sacarse un 1 y un 2: depende de la buena onda del profe Farfaramir. Si quieren ver algo de cine chileno este año más comercial, vean Mirageman o Chile Puede, lo demás es prescindible... Pero aún nos quedan una. Y aquí si que entramos a un bosque muy oscuro...

Atentamente,
Farfaramir, el Mechón

Posdata: ¡Los pille! ¡La 505 no pasa frente a la casa de Isadora! ¡Lo sé, porque yo vivo al frente, cruzando la calle! 

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